No siempre es necesario decir cómo y cuando, sino podríamos estar constantemente "haciendo" sin interrupciones; las cuales son el resultado del vínculo a un pensamiento o a una emoción. Entonces sería necesario alcanzar la capacidad de gozar la "no acción", cuando ésta, con la comprensión, se vuelve la máxima expresión de la acción.
La magia que no es tal sino el resultado de una comprensión profunda, es una inclusión total de lo que son los movimientos externos e internos hasta interceptar un nuevo tipo de movimiento que nos surge de los opuestos sino desde el AHORA.
El movimiento del cual hablamos, que involucra todos los aspectos del humano, tiene un tiempo de acción relacionado a un ritmo que no responde a un acto de voluntad pensante, sino a un movimiento que no tiene un centro; por lo tanto no tiene un Yo.
Volviendo la mirada al aspecto físico de dicho movimiento relacionado con el cuerpo podemos decir que éste se expresa de tal manera en la medida que incluimos todas las percepciones corporales; musculares, articulares, coordinativas, de habilidades personales y limitaciones personales, gozo y dolencia, capacidad desarrollada y trauma. Si soy capaz de incluir todo eso y al mismo tiempo no identificarme en nada de eso, desde ahí surge la "no acción" o sea una acción sin Yo.
La verdad es que leí antes el segundo artículo, y si probablemente leía este, hubiese planteado otros aspectos que probablemente ya me orientan por dónde pienso van tus reflexiones. Es la conciencia del AHORA, o aquello que el Zen, o la poesía Rumi, o Edgard Tolle define como la importancia de “ser consciente del momento presente para no perderse en los pensamientos”. Es sin duda algo que en este momento de mi vida considero fundamental. Me hace pensar por ejemplo cómo enfrento un dolor físico, o a los estados de semi consciencia, o en la etapas o fases del sueño. Ahí surge como bien dices, la "no acción" o sea una acción sin Yo. Gracias
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