La curación es, antes que un proceso, un estado en el cual están juntos en el mismo plano y de manera parcial, salud y enfermedad; las dos dimensiones sub yacen a la grande ley de la dualidad en la cual está presente un aspecto y su opuesto. El problema es que no podemos y no sabemos identificar entre los dos aspectos duales, cual es la condición saludable y cual no, en cuanto siendo estas dos dimensiones parciales y relativas, una alimenta a la otra, realizando una dinámica totalmente incomprensible a nivel racional.
El cuerpo mismo responde obviamente a esta balanza de los opuestos que viven y se expresan, a través de un movimiento que lamentablemente se des-coordina a través del uso equivocado de la mente, la cual interfiere profundamente en lo que es la complejidad del cuerpo, aunque no lo quisiera.
Para comprender el aspecto del bienestar también en términos de salud real, objetiva, tenemos que tomar como referencia el cuerpo físico y aprender de él dejándonos guiar a través de su lenguaje sin intermediación mental y racional. El concepto muy equivocado y menos comprendido en nuestra cultura, es el movimiento que tiene en si el NO movimiento; en otras palabras, se trata de un movimiento totalmente diferente, que no implica el calculo, es entonces el lento desarrollarse de un proceso mecánico que dirige el cuerpo físico de manera ordinaria. El movimiento del cual hablo es una acción que se origina a partir de una percepción, desde la c
ual el cuerpo toma y luego suelta sus tensiones estructurales, logrando así ponerse nuevamente en el flujo de la vida donde no existe clausura sino solo abertura, inclusión, y de repente total curación.

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